Este díptico de BORORO se presenta como una vibrante sinfonía visual, donde el color y la forma dialogan con energía lúdica y espontánea. Mediante la técnica del grabado, BORORO logra superponer capas de significados y texturas, invitando al espectador a perderse entre gestos intuitivos, líneas fragmentadas y destellos cromáticos.

Las dos piezas, aunque independientes, se complementan mutuamente, estableciendo un contrapunto visual que genera movimiento y dinamismo sobre la pared. La mirada se desplaza entre detalles abstractos y sugerencias figurativas, recordando la esencia libre y experimental que caracteriza la obra del artista.

Ideal para espacios contemporáneos, este díptico no solo decora, sino que también despierta la imaginación, sumergiendo al observador en un mundo donde la mancha y el trazo se vuelven poesía.